EL ESCULTOR
ESCULTOR DE SILENCIOS Y DE RUIDO BLANCO, BEBÍA METALES PESADOS PARA CALMAR SU SED DE FUEGO. ESCUCHABA HASTA LA MÁS MÍNIMA VIBRACIÓN DE OBJETOS EN ESTADO DE REPOSO, LA ESTRIDENCIA DE SUS NEURONAS Y LA CIRCULACIÓN DE SU SANGRE. SORDO ANTE LAS SEÑALES DE ADVERTENCIA Y LOS AVISOS DE PELIGRO, SU MENTE COMO UN LIENZO EN BLANCO SE FUE POBLANDO DE MINÚSCULOS GRANOS DE SONIDO, HASTA QUE ASCENDIÓ A LAS NUBES SIN TRUENOS.
