REVISTA LITERARIA

PARA UN DESARREGLO SISTEMÁTICO DE LOS SENTIDOS



jueves, 29 de noviembre de 2012

LA MUERTE, POR MAURICIO NARANJO


LA MUERTE
Querida y respetada muerte:
déjame permanecer en el tinglado un poco más,
que mi hija le dé forma a sus sueños como escultora de imágenes,
que mi libro inédito vea la luz,
que mi corazón palpite con tranquilidad,
que la mujer ideal por fin toque mis puertas y mis vísceras,
que mi hermana vuelva a cantar,
que pueda seguir viviendo en la cabaña arquetípica,
que pueda viajar a las islas del Pacífico.
Déjame durar un poco más,
para ver si el padre todopoderoso me impregna con sus rayos,
para escribir una novela donde revele mis secretos
y le rinda un homenaje a mis amores,
para enseñar un par de cosas que he olvidado,
para perdonarme por los extravíos y los errores,
para recuperar mi lucidez en los momentos de sobriedad
y para habitar una realidad aparte en los momentos de ebriedad.
Estimada muerte: 
sé que me deseas,
pero déjame permanecer en el tinglado un poco más,
hasta que mi cuerpo resista los golpes de la gravedad
y mi alma resista los dolores de la vida,
hasta que la demencia cruce el umbral de mi mente
y entonces pueda recibirte en calma,
con toda la pasión y el temblor que te mereces.

martes, 27 de noviembre de 2012

El cartujo, por Mauricio Naranjo

EL CARTUJO


Debía pronunciar su última palabra antes de ingresar al monasterio de clausura, donde juraría su voto de silencio perpetuo. El cartujo, entonces, se desveló. Varias opciones pasaron por su mente, y al final prefirió emitir un grito estremecedor. Vacío de conceptos y sereno, ingresó al claustro donde permaneció sublime sin emitir vocablos por el resto de su vida.