REVISTA LITERARIA

PARA UN DESARREGLO SISTEMÁTICO DE LOS SENTIDOS



viernes, 3 de julio de 2015

CINCO TEXTOS DE MAURICIO NARANJO

EL GRITO
Un grito vagabundo era su bien más preciado. Intentó enterrarlo en una isla, guardarlo en una caja fuerte, esconderlo bajo el colchón, sin ningún resultado. Finalmente puso el grito en el cielo. La tierra tembló escandalizada.


AULLIDO
Mis palabras están presas en mi boca. Los dientes, como barrotes, les impiden salir. Un día, silenciosas, huirán. Entonces emitiré gritos. Sólo de aullidos estará compuesto mi lenguaje.


LOS SIGNOS
Amo los signos de puntuación. Son como silencios, intersticios, pausas, vacíos. Los dos puntos crean expectativa, mientras el punto final es, en realidad, una línea de muerte, de fin, de apocalipsis, de agonía. El punto seguido, en cambio, nos da esperanzas, aunque ocurra una transformación química o incorpórea. Con los puntos seguidos nunca se sabe, igual que con la palabra etcétera, porque en silencio insinúan la actualización imprevisible del devenir azaroso. La coma es la frecuencia cardíaca de la gramática vital. El punto y coma marca el tránsito de un estado a otro, genera una separación categórica, sin perder de vista el flujo caótico de la vida. Los signos de puntuación nos dan seguridad, una sensación y una ilusión de certeza, de control sobre el asunto de estar vivos, es decir: transcurrir, discurrir aleatoriamente...


LAS LETRAS
La h muda, sentada; la i, erguida, con su astro permanente; la ñ en su casa, sufriendo de agorafobia; la z en zig zag, siempre por caminos sinuosos; la m como una cordillera, mordiendo el horizonte; la s reptando por desiertos, navegando por meandros; la o lunática, rodando por el mundo; la r ronca de fumar, árbol seco; la p como un monociclo al revés, pipa retumbando en mi cabeza.


POEMA INEFABLE
Escribir un poema sin palabras, sólo con puntos suspensivos, signos de interrogación y paréntesis. El título sería un punto sobre una i invisible y afónica, como la torre de una iglesia gótica suspendida en el vacío. El primer verso estaría compuesto de interrogantes, de preguntas sin respuestas, aporías muertas y cortopunzantes. El cuerpo del poema sería un interregno, un limbo, una larga y silenciosa sinfonía en blanco y negro atrapada entre corchetes de hierro. El desenlace estaría conformado por puntos suspensivos que no conducen a ninguna parte, como una escalera de Esher, o como un acantilado feroz donde termina la tierra firme y comienza la incertidumbre, la bella confusión azul hecha de furia y de sal. La firma podría ser una tilde anónima, como una gota de sangre sobre tu ausencia.

jueves, 2 de julio de 2015

CUATRO TEXTOS BREVES DE MAURICIO NARANJO

LAS AVENTURAS DEL HADA HELADA

El día menos pensado escribiré las aventuras del hada helada y su amiga la gran hadilla. Será una epopeya volátil, etérea, poblada de árboles celestes y estrellas terrestres. El tercero excluido, el hado derecho, sucumbirá en medio del miedo, y los dragones de agua, guiados por sandra gon, vencerán a sangre gorio, el villano más villano de todos los tiempos.

EL ÁNGEL DE LA PACIENCIA

Lento, no diferenciaba si estaba en reposo o en movimiento, porque su velocidad mínima era constante. Siempre llegaba tarde, porque se detenía en las formas del mundo, asombrado. Hasta que un día, como Remedios la bella, o Un hombre muy viejo con unas alas enormes, comenzó a volar igual que un pajarraco sutil.

PARA QUÉ

Para qué cielo si no tengo alas. Para qué alas si no tengo casa. Para qué casa si no tengo a mi amada. Para qué amor si no creo en nada. Para qué el vacío si estoy pleno de silencio, de ausencia, de soledad, de éter que se aferra al suelo como un manglar.

MUCHA TELA QUE CORTAR

El sastre, también hijo de sastre, comenzó a cortar la tela entre monólogos y soliloquios. Sin percatarse, inmerso en su mundo de tramas y urdimbres mentales, cercenó su brazo izquierdo. Sintió un dolor agudo, que confundió con su melancolía, y continuó mutilando su cuerpo hasta que de sí sólo quedó su mano derecha aferrada a las tijeras rojas y resplandecientes.